6 de septiembre de 2019

# 22 idea de la semana: la explosión de las alergias alimentarias crea un mercado emergente

La comunidad científica no se explica las razonas por las cuales las alergias alimentarias se han disparado de forma desorbitada en la última década. En 10 años, en España se ha triplicado esta cifra y ya afecta al 11% de la población. En Europa hay más de 20 millones de afectados, una cifra similar a la de Estados Unidos. El marketing siempre ha ido más rápido que la ciencia, y cada semana sale un nuevo proyecto pensado para lo que ya es un mercado en efervescencia.

 

Lo que todos conocemos son los productos alimenticios libres de alérgenos, desde las bebidas vegetales (mal llamadas «leches vegetales») hasta la inagotable familia de los productos veganos. El veganismo es una gran opción para los alérgicos a las proteínas del huevo y la leche, pero no para el grupo cada día más numeroso de alérgicos a frutas (44% del total) o frutos secos (28%), entre otros. Tampoco para los celíacos (2%) que, a pesar de ser una pequeña minoría, han generado una gran corriente contraria al gluten.

 

Pero responder a este segmento no sólo es cuestión de diseñar alimentos. El mercado innova con herramientas y recursos vitales para el apoyo a este colectivo. Surgen aplicaciones móviles: AroundMe, por ahora sólo disponible en Estados Unidos, sitúa en un mapa por radio de proximidad los sitios imprescindibles, desde centros médicos hasta restaurantes con platos libres de alérgenos en la carta; Yummli Recipes ofrece recetas personalizadas para estas personas; y los catalanes Allergeneat, escogidos entre las 12 start-up tecnológicas más prometedoras de Europa, detecta los alérgenos presentes en más de 100.000 productos alimentarios.

 

Otra start-up de origen catalán pero constituida en Silicon Valley (otro día podemos explicar el porqué E2S fue con ellos el Día 1 de su creación) es Adan Medical Innovation. La empresa se dedica a encontrar soluciones innovadoras, basadas en la tecnología, para hacer más fácil y más segura la vida de las personas con alergias. Su primer proyecto, AnnAPPhillaxis, consiste en un dispositivo que activa una alarma por medio del móvil en el momento de abrir la inyección de adrenalina que se deben utilizar en caso de reacción severa. Así, los servicios de emergencia acuden inmediatamente al lugar geolocalizado donde se ha detectado esta activación.

 

Dedicaríamos páginas al volumen (de negocio y de actividad) que ya genera el auge de las alergias alimentarias, que muchos científicos ya consideran la gran epidemia del siglo XXI. Marcas alimentarias especializadas como Foody, distribuidores como La tienda del alérgico, fundaciones privadas como KWFA o ferias especializadas en alergias e intolerancias que se extienden por todo el mundo son sólo algunos ejemplos de la promesa de este mercado.

 

Mientras tanto, los gobiernos ya prevén nuevas dotaciones presupuestarias para que la ciencia atrape el marketing. Hasta ahora, es inexplicable el porqué las alergias a los alimentos se multiplican. La principal sospecha es la de una especie de «rebelión de la naturaleza» ante la contaminación y los fitoquímicos. Con la naturaleza de espaldas, será mal negocio. Tal vez la buena inversión consista en dejar de hacer parches y reconciliarnos con el medio ambiente. Pero eso daría para una nueva idea de la semana.

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