1 de marzo de 2019
MWC 2019: La tecnología no es lo que parece
El Mobile World Congress de Barcelona. El ayuntamiento anfitrión se esfuerza. Y bien hecho, colocando carteles de “Benvinguts a l’Hospitalet” i “Welcome to l’Hospitalet Experience” para recordar que no todo empieza y acaba en la capital, pese al orgullo que representa para todos los catalanes vivir a tiro de piedra de una de las capitales del mundo.
No todo es lo que parece. Y el ‘Mobile’ nos ha ofrecido este año más ejemplos que nunca. Una vez más, E2S ha estado presente en la reunión anual de la tecnología y las telecomunicaciones y ha extraído algunas reflexiones.
- El 5G no es lo que parece. No se trata del hecho que la transmisión de datos se multiplicará por 10 en relación al 4G. La clave es la latencia, el tiempo de respuesta, que tiende a cero y levantará la barrera del internet de las cosas (IoT). Mirándolo del revés, sin 5G no es viable la conducción autónoma y con el 5G sí porque toda respuesta es en tiempo real.
- El reconocimiento facial no es lo que parece. Permitirá reconocernos y trazar nuestras facciones, nuestros comportamientos, nuestro estado de ánimo, nuestras compras y toda nuestra evolución vital. Y todo sin ningún tipo de interés en saber como nos llamamos o cuál es nuestro e-mail o número de teléfono. Para hacer negocio no es necesario saberlo, únicamente es necesario ver que está entrando por la puerta una cara que tiene unas determinadas preferencias, rutinas, aficiones y predilecciones.
- La recopilación de datos no es lo que parece. Lo peor es el avance sin precedentes, totalmente exponencial, de los algoritmos que podrán predecir nuestros pensamientos antes, incluso, de que los tengamos. Diferentes estudios de psicología humana concluyen que, cuando somos conscientes de la toma de decisiones, nuestro subconsciente ya la ha tomado por nosotros entre 10 y 30 segundos antes. La tecnología lo puede saber con días, semanas o incluso meses de antelación.
- La digitalización no es lo que parece. Nos hemos obsesionado con ‘llevarnos’ el mundo físico al virtual, convertir tiendas en e-commerce, y ahora la digitalización va en sentido contrario: ningún establecimiento físico. La tecnología adopta en el mundo físico aquello que hasta ahora solo era posible en Internet: ‘trackear’ clientes, hacerles un seguimiento, conocer, analizar e incluso predecir sus decisiones.
- Los drones no son lo que parecen. Olvidemos las imágenes ‘chulas’ desde el aire. Los drones nos transportarán, nos rescatarán, nos reconocerán, nos identificaran y no solo volarán: llegan por tierra y, atención, por agua.
- Los móviles no son lo que parecen. Son las herramientas definitivas donde dispondremos de toda la información sobre nosotros y que deben servir para que el mundo se adapte a cada uno. Todo se dirige hacia la personalización, y no hay nada más personal que nuestro móvil.
- Las pantallas flexibles no son lo que parecen. Y es que lo menos importante es tener un móvil que se plegue o se doble. Las pantallas flexibles aportan al mercado (y a los mercados) soluciones de materiales que se puedan aplicar a múltiples productos, comenzando por la ropa que llevamos encima y acabando por integrarse a cualquier mueble de casa, incluso en el sofá.
- Nosotros ya no somos lo que parecemos. Hemos reivindicado nuestra condición de personas enfrente a ser tratados como números. Y ahora ya no somos números, somos caras con expresiones que hablan sobre nuestro estado de ánimo, somos zapatillas con sensores, somos móviles que van por el mundo acompañados de una persona, somos una cartera con piernas a quien ya nadie tiene interés en poner nombre y apellidos, ni tampoco números. Vectores asociados a comportamientos, reacciones, a un feedback, a rutas y a transacciones económicas.
- El MWC no es lo que parece. Definitivamente, se ha convertido en un lugar donde sentirse pequeño. Un lugar donde envolvernos en una cura de humildad dándonos cuenta del talento que hay en el mundo, de la velocidad a la que avanza la tecnología y el poder creativo que gira entorno a la búsqueda de soluciones que pretenden (estemos de acuerdo más de acuerdo o no en las formas) cambiarlo todo. La mayoría quedamos paralizados ante tanta innovación y disrupción. No podemos hacer más que mirar, observar. Y esto es lo más importante: querer conocer, porque no hay nada peor que no afrontar el futuro. Y el futuro es nuestro si, y solo si, sabemos hacia donde va.
En definitiva, el mundo de las tecnologías nos regala cada año el mirador más transparente en el progreso. Lo mejor del caso es que lo tenemos en Barcelona y conviene luchar para que siga siendo así. Eso no quita que l’Hospitalet lo reivindique. Porque nos ha tocado vivir en un mundo donde nada es lo que parece. Y lo que nos espera.
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