7 de mayo de 2021
#008 historia de la semana: Carlos Henrique Raposo, el primer falso nueve
Casi dos décadas como futbolista profesional con unos números de récord, pues no llegó a disputar ni un partido oficial completo durante su carrera sénior. Pasó por diferentes equipos con la vitola de buen jugador, pese a que no llegó a debutar nunca en ninguno mediante diversas artimañas. Carlos Henrique Raposo quería tener la vida de un jugador de fútbol, pero sin dedicarse a ese deporte. Y encontró la manera de hacerlo. Un falso nueve de verdad.
Carlos Henrique Raposo (Porto Alegre, 1963) tenía muy claro que quería dedicarse a tener la vida de un futbolista, rodeado de lujo y fiestas. Sin embargo, ni le gustaba mucho el deporte ni tenía una gran habilidad para tal. Dos pequeños detalles que no impidieron que lograra su objetivo, inicialmente mediante amistad con Mauricio De Oliveira Anastácio, persona influyente en el Botafogo. Oliveira le ayudó a firmar su primer contrato profesional mediante un currículum deportivo falso (haciéndose pasar por Carlos Enrique, jugador de Independiente ganador de la Libertadores, con el que guardaba parecido y lo demostraba mediante una foto) y un apodo: ‘Kaiser’.
Una vez en el club, tuvo claro lo que debía hacer para no ser descubierto: lesionarse. Llegaba el primer día de entrenamiento y fingía dolor en una parte de la pierna. En aquella época no había resonancias y conseguía ir conectando lesiones y descansos. Al mismo tiempo que disfrutaba de la vida de futbolista que tanto quería, Carlos Henrique “trabajaba” para mantener su mentira. Y es que se valía de su carisma para entablar amistad con diferentes jugadores, algunos influyentes como Ricardo Rocha o Renato Gaucho, que le recomendaban; pagaba a periodistas para que le hicieran buenos reportajes; regalaba camisetas del equipo a grupos de aficionados para que corearan su nombre; o fingía tener llamadas de clubes extranjeros que querían hacerse con sus servicios. Una vez, según se explica, simuló estar hablando con Josep Lluís Núñez (presidente del F.C. Barcelona) delante de sus compañeros.
Gracias a una inaudita habilidad para la impostura, un carisma especial y una época sin internet en un fútbol con problemas de corrupción como era el brasileño, Carlos Henrique consiguió enlazar diversos contratos profesionales con equipos como Flamengo, Fluminense o Bangú. Fue en este último donde estuvo cerca de ser descubierto, pues le convocaron para jugar frente al Coritiba y no pudo escaquearse. Estando en el banquillo, el presidente pidió al entrenador que saliera a jugar y tratar, con él en el campo, de arreglar el partido. Viéndose entre la espada y la pared, decidió actuar y, mientras calentaba, fue a pelear con los aficionados rivales. El resultado fue que le acabaron expulsando antes de entrar en el terreno de juego, en lo que, curiosamente, es la jugada más recordada de su carrera.
Por supuesto, esta historia ha creado una inagotable fuente de leyendas entorno al jugador, algunas de ellas difícilmente demostrables. Bien lo sabe Louis Myles, director de “Kaiser: The Greatest Footballer Never to Play Football” una película documental sobre esta surrealista epopeya. Según expresó, no paró de encontrarse diferentes andanzas difícilmente demostrables, pues muchas eran creadas por el mismo ‘Kaiser’. Un ejemplo de ello fueron sus andanzas fuera de Brasil, pues habría llevado su farsa hasta Estados Unidos o Francia.
Tal como dijo Ricardo Rocha: “Kaiser ha sido una de las figuras más icónicas del fútbol mundial. Solo tenía un problema: el balón”.
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