19 de junio de 2020

#063 idea de la semana: el coronavirus y una nueva percepción del plástico

De útil a imprescindible. De un uso excesivo a necesario. De ser un producto demonizado a, quizá, un salvador. Cuando dábamos por hecho que el plástico estaba condenado a desaparecer, llegó el coronavirus y nos hizo replantearnos el papel del plástico. Un producto amado y odiado a partes iguales y que durante la situación del coronavirus ha jugado un papel protagonista que lo ha vuelto a situar en el centro del debate.

Y es que existe un cambio en la percepción del uso del plástico, pues ha quedado patente que su uso es vital en algunos aspectos, como el sanitario e higiénico. Se trata de un elemento esencial para los equipos de protección individual del personal sanitario, por el filtro de las mascarillas FPP, guantes, batas impermeables, gafas o equipos médicos como respiradores y ventiladores.

Además, plásticos como el plexiglás u otros de usar y tirar han sufrido un repunte en su producción y consumo gracias a la sensación de seguridad e higiene que transmiten. Por ejemplo, en los supermercados los productos envasados han sido mucho más consumidos, pues era más rápido de comprar y más fácil de desinfectar. Con este incremento en el uso, se ha calculado un 15% más de productos plásticos que han acabado en el contenedor amarillo.

¿El problema es el plástico o sus usos?

En líneas generales, el confinamiento ha beneficiado al medio ambiente de diversas maneras. Sin embargo, el exceso de producción y uso de plásticos pone en duda esta afirmación, pues se trata de uno de los productos más nocivos para la naturaleza. Pero al mismo tiempo, debido a su imprescindibilidad, surge la duda sobre si pesa más su impacto negativo en el medio ambiente o su indudable utilidad. Un plástico puede ser un implante que sustituya a una arteria afectada, gracias a su compatibilidad con tejidos vivos; pero al mismo tiempo también puede ser un simple envase de usar y tirar, fácil y barato de producir y de efectos deletéreos.  

Así que, para algunos, el plástico es para algunos imprescindible y para otros algo a evitar. Sin embargo, parece evidente que el problema no es el material, sino sus usos y gestiones. La innovación y la tecnología son dos herramientas que pueden ayudar a resolver este problema. Algunas de estas soluciones pasan por la producción de plásticos basados en materias primas renovables, compostados de manera natural, como algunos biopolímeros producidos a partir de la fermentación de azúcar o el poliéster de resina. También encontramos plásticos biodegradables a partir de enzinas bacterianas e investigaciones y pruebas sobre nuevas formas de reciclaje.

Ecodiseño y circularidad, hoja de ruta

Esta generación de nuevos materiales plásticos biocompostables irá de la mano de un diseño ecológico y la economía circular. Por sus características, una buena gestión mediante la circularidad permite exprimir todas las ventajas y características del plástico para, posteriormente, reutilizarlo de diversas maneras. La innovación tecnológica juega un papel fundamental en esta línea, cuyo objetivo es reducir el impacto ambiental y fomentar la sostenibilidad, debido a su evolución en procesos como el reciclaje y su capacidad.

La impresión 3D, por ejemplo, mantiene una estrecha relación con el reciclaje y la eficiencia, facilitando el uso de materiales plásticos reciclados para la fabricación de productos varios. En esta dirección trabajan las administraciones, pues la Unión Europea quiere implementar una estrategia de gestión cuya meta es que todos los plásticos sean reciclables en el año 2030.

 El plástico ha demostrado ser prácticamente imprescindible en nuestra vida, tanto en la economía, el consumo o la higiene. Sin embargo, su uso excesivo, y a veces sin control, necesitan de una mayor responsabilidad ciudadana y de una mejor gestión, área donde la creatividad, la innovación y la tecnología tienen mucho que decir. Sus usos, así como sus alternativas ofrecen una nueva salida para un producto que el coronavirus ha dejado bien patente que sigue siendo esencial.