9 de octubre de 2020

#079 Idea de la semana: tecnología que nos podemos poner

Que nos quede bien, que nos abrigue, que sea cómoda … y ahora que nos eche una mano. El sector de la moda ha abierto la puerta a los tejidos inteligentes y, ahora, cuando vayamos a comprar ropa no sólo tendremos en cuenta la talla, el color o el precio, sino que también podemos prestar mucha atención a las prestaciones de valor añadido que nos ofrece una determinada prenda.

Se trata de un sector relacionado con la tecnología que nos podemos poner (wearable), que ha llegado para superar al de las pulseras de actividad y los SmartWatch; y también relacionado con la evolución de los tejidos y materiales, cada vez más innovadores. La gracia de esta tecnología que se puede llevar puesta es que debe pasar desapercibida, ya que el dispositivo debe terminar siendo la misma pieza.

De hecho, este otoño ya habrá quién podrá contestar al móvil con un simple toque en el asa de una mochila. Se trata de la Konnect-I Backpack Samsonite. Diseñada en dos tamaños, la mochila permite realizar diversas operaciones con el móvil, simplemente tocando las asas. Es posible controlar la reproducción del smartphone, activar Google Assistant, pedir la hora, hacer una selfie, aceptar llamadas y muchas otras opciones. Se trata de una de las piezas desarrolladas por Project Jacquard de Google y tiene por objetivo dotar a las prendas de vestir y los accesorios de conectividad.

La mochila funciona gracias al chip que lleva incorporado y una vez el usuario ha descargado la app de Jacquard en el móvil. Aplicación y chip se conectan por Bluetooth. La mochila se puede comprar desde la web oficial de Samsonite por un precio de 219,99 dólares para la versión estándar y 199,99 dólares para la versión Slim.

Moda con tacto

Otras marcas que se han aliado con Google dentro de Project Jacquard son Levi’s o Adidas. La primera creó una chaqueta vaquera que permitía, haciendo gestos con las mangas, controlar el teléfono móvil. Luego, con Adidas, desarrolló unas suelas para zapatillas deportivas que son capaces de captar y describir detalles técnicos de la práctica del fútbol. Por ejemplo, pueden contar los pases que se realizan o la fuerza con la que se chuta un balón.

En cuanto a prendas conectadas, también encontramos el ejemplo de las zapatillas que, sincronizadas con el móvil, son capaces de indicar a su usuario como llegar a su destino. Se trata de las Sneakairs, que llevan unos pequeños dispositivos en la suela formados por sensores de GPS y vibración.

Tejidos que hidratan, perfuman y combaten la celulitis

Los tejidos que interactúan con nuestra piel ya están a la orden del día. Hay vaqueros que hidratan, perfuman y adelgazan. Los Colette Fragance jean, de la firma Salsa, huelen a fruta, gracias a las microcápsulas aplicadas a la tela de algodón y elastano. El olor aguanta hasta 20 lavados.

Por su parte, los texans Mohicano hacen que la piel se vuelva más elástica, gracias a la liberación de nanopartículas de aloe vera, aminoácidos o enzimas. Estas sustancias estimulan el colágeno, la regeneración celular y la elastina. Otra tela de la misma marca contiene materiales bioceràmicos que producen un efecto térmico, haciendo que se dilaten los vasos sanguíneos, eliminando toxinas y oxigenando la piel.

En tercer lugar, los pantalones Denim SPA de Wrangler hidratan, calman y son anticelulíticos. Unos llevan manteca de karité y aceite de semilla de albaricoque, lo que ataca directamente a la celulitis; y otros aportan una dosis de hidratación, ya que están impregnados de extracto de olivo, jojoba y vitamina E.

Incluso existen piezas que, en el mundo del deporte, ofrecen altas prestaciones. Un ejemplo es la camiseta interior para ciclistas de Dryarn i Outwet que, en contacto con la piel, suministra sustancias minerales al deportista durante el esfuerzo físico, ayudando a controlar la sed, reduciendo el sudor y ayudando al cuerpo a mantener una temperatura constante.

Telas que absorben o eliminan sustancias

Si hasta ahora hablábamos de prendas capaces de aportar sustancias a la piel, en el otro lado encontramos tejidos que absorben o eliminan sustancias. Por ejemplo, hay marcas como Smartex, especializadas en la confección de prendas antimanchas, capaces de repeler todo tipo de líquidos. También existen bragas que absorben el flujo menstrual, y que evitan el uso de productos desechables como los tampones y compresas. Dos de las marcas más conocidas en España son CocoroEtam. En la misma línea, la marca Sutran evita el sudor excesivo y las manchas que produce en la ropa, eliminando el olor e, incluso, reduciendo el planchado de la ropa. Los tejidos antimanchas, aunque muestren un aspecto pulido, suelen tener una nanosuperfície muy rugosa, que hacen que las sustancias no penetren.

Algunas piezas se valen de la aplicación del efecto conocido como Flor de Lotus, por el que, gracias a procedimientos nanotecnológicos, se ha conseguido reproducir el efecto auto-limpiador que tienen algunas plantas y alas de insectos. El resultado son superficies completamente hidrofóbicas que repelen el agua, la suciedad y las manchas.

Ropa refrescante o que aporta calor

Existen también prendas que cambian de color según la luz o la temperatura, ropas que son resistentes a los pliegues y arrugas y que pueden mantener una sensación térmica fría en verano o cálida en pleno invierno. Se han creado tejidos específicos a partir de materiales conductores de electricidad y calor, que son utilizados en piezas para hacer actividades invernales o el buceo en aguas frías. También hay marcas como Columbia que fabrica ropa deportiva y ropa de cama que absorben la humedad y regulan la temperatura. Las piezas están formadas por unos pequeños anillos hechos de un polímero especial que se expanden cuando entran en contacto con la humedad del sudor, facilitando la circulación de aire y propiciando una sensación refrescante.

Por otro lado, Under Armour ha desarrollado Infrered, una tinta con pigmentos de cerámica que absorben y retienen el calor durante más tiempo.

Moda que mira por la salud

En otro campo, encontramos prendas que tienen por objetivo mejorar la salud o prevenir futuros problemas médicos. Hay wearables que nos ayudan a que tengamos una buena postura y otras, como las mallas Nadi, que vinculadas a una app para descargar en el móvil corrige movimientos de yoga. En la misma línea, se han creado tejidos capaces de detectar y registrar parámetros fisiológicos (ritmo cardíaco, respiración, temperatura), y biofibras que ayudan a la cicatrización de la piel. También hay tejidos, como los de la sábana Zazen que reducen el estrés gracias a la neutralización de la electricidad estática.

La ropa inteligente forma parte de la cuarta revolución industrial textil, un sector que, según Cientifica Research, se estima que en 2025 alcanzará un volumen de negocio superior a los 130.000 millones de dólares. Sin embargo, tampoco hay que perder de vista que ya han pasado más de 20 años desde que los investigadores de este sector comenzaron a trabajar en tejidos inteligentes con buenos resultados, pero hasta que no ha llegado la era digital los avances no se han desplegado significativamente, ni alcanzado a la mayoría de consumidores.

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