16 de abril de 2021
#005 historia de la semana: Federico Ribas, pionero de la publicidad en España
Corren los años 20 y la publicidad en España vive una de esas primeras edades de oro. Las revistas ilustradas son un gran escaparate para las marcas y el mensaje que quieren enviar, porque da la opción de crear ilustraciones publicitarias coloristas, atractivas y diseñadas con toda la modernidad del momento. También la industria editorial está en alza, con un nuevo estilo de venta de libros y la posibilidad de destacar las cubiertas como espacios para atraer clientes. Y una de las razones por las que era posible tener diseños e imágenes impactantes era por la aparición y talento de personajes como Federico Ribas. Un genio de la ilustración.
Hablamos de un periodo donde la ilustración comercial y la más puramente artística se tocaban, por lo que los carteles ganaban protagonismo y sus creadores comenzaban a ser figuras muy buscadas por las marcas. Así mismo, los anuncios encajaban con la estética art deco de la época, pero también transmitían una muestra del cambio social que se producía, con elementos modernos como los automóviles, nuevos comportamientos sociales, figuras estilizadas, etc. Aquí se movía a las mil maravillas Federico Ribas, muy conocido por sus mujeres, modernas conduciendo coches y vistiendo a la moda charlestón o con una alta, pero sutil, carga erótica.
Federico Ribas renunció a estudiar medicina y trató de hacerse un nombre en Argentina en el mundo de la ilustración. Poco a poco, colaborando con revistas de humor gráfico como Caras y Caretas o Papel y Tinta, fue haciéndose hueco en el sector y decidió mudarse a París. Una vez en la capital francesa, se convirtió en director artístico de la revista Mundial (dirigida, a su vez, por el poeta Rubén Darío). Fue ganando fama y haciéndose un nombre a nivel internacional apareciendo en diversas publicaciones como Pictorial Review de Nueva York. Consagrado y reconocido, de vuelta en España colaboró con diversas publicaciones como Blanco y Negro y fue el artífice de anuncios para muchos de los productos de Laboratorios Gal como los del jabón Heno de Pravia o el agua de colonia.
Observando su buen criterio en el mundo de la publicidad, se acabó convirtiendo en director de arte de Laboratorios Gal, donde hizo múltiples productos de cartelería (ya fueran catálogos de producto, anuncios para prensa, lienzos de motivos pesqueros o carteles) e incluso packagings para la industria de conservas (Massó Hermanos). También tuvo tiempo de entrar en el mundo editorial, siendo el autor de diferentes portadas de libros (algunas obras de Blasco Ibáñez, por ejemplo).
Con su celebrada y reconocida obra, Federico Ribas se puede considerar uno de los primeros profesionales estrella identificables como miembros de la industria de la publicidad. Consiguió fijar en la memoria de la sociedad de su época imágenes exquisitas, mundanas y elaboradas de los productos que anunciaba. Con la sensualidad, el humor y la sutileza creó imágenes atractivas que conquistaban al público e hizo que las marcas le buscaran y le convirtieran en una figura muy reconocida. Un ilustrador que supo unir arte y publicidad de una manera sutil y atractiva.
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