21 de agosto de 2020

#072 idea de la semana: a menos tiempo, más queremos hacer

A medida que la tecnología nos permite trabajar y vivir más deprisa, la ambición (no entendida negativamente) nos lleva a querer hacer más y más durante nuestro bien más escaso: el tiempo. Para conseguirlo, nos hemos ido adaptando gracias a los avances y hemos pasado de pedir algo online y esperar una semana a recibirlo, a tener la opción de tenerlo al día siguiente, por ejemplo. Hemos evolucionado y, de necesitar horas para acabar un curso, ahora nos vale con 30 minutos mediante un vídeo. Ya no esperamos una semana para ver un capítulo de una serie, sino que podemos ver toda una temporada en una tarde. Y ahora, como veremos, tendremos la opción de ver esos capítulos a más velocidad para acabar antes.

El ritmo de vida que llevamos es muy acelerado, donde el tiempo es oro y su optimización, una necesidad. Tanto, que hemos trasladado la necesidad de ser productivos y eficientes también en nuestro tiempo de ocio, para exprimir las miles de opciones y alternativas que tenemos a nuestro alcance, pero a los cuales no siempre podemos prestar el tiempo que quisiéramos. Cada vez más opciones, pero menos tiempo. Y el mercado, anticipando ese problema, ya busca alternativas para ofrecer la máxima calidad, el máximo entretenimiento, en el menor espacio de tiempo posible.

¿40 minutos de capítulo? Que sean 20

Se anunció en octubre del año pasado, pero ha sido durante este mes de agosto cuando Netflix ha comenzado a implementar su idea de aumentar la velocidad de películas y series. Un proyecto que fue discutido en su momento por el sector audiovisual, pero que la compañía dirigida por Reed Hastings decidió lanzar, poniendo especial atención en no perder calidad y no “apitufar” las voces. No hay que olvidar que esta maniobra es algo que diversas plataformas de podcast y Youtube también habían empezado a implantar, así como plataformas e-learning con sus vídeos de aprendizaje.

¿Estamos ante un nuevo modelo de consumo? Pues, pese a que pueda parecer descabellado inicialmente, podría ser bien cierto. Y no sólo hablamos del mercado audiovisual, ya que otros como el editorial también se han visto afectados, con un nuevo negocio online basado en resúmenes de obras literarias de no ficción. Es decir, síntesis de libros de ámbitos como el profesional y el desarrollo personal. Existen diversas plataformas como Accel5, Summaries o Bukrid, entre muchas otras, que ofrecen estas obras para aquellos que no tienen tiempo para leer.

Una conferencia como resumen de conocimiento

En esta misma línea se potencian profesiones como el coaching o los/las conferencistas. ¿Por qué? Pues porque muchos de ellos y ellas se dedican a recopilar información sobre un tema específico, invierten muchas horas en preparación para luego ofrecerlas como producto a sus espectadores. Formas resumidas de recibir un conocimiento o un aprendizaje exprés. Ejemplos encontramos varios, como puede ser Radical is Normal de nuestro amigo Alfons Cornella.

Observando esta tendencia al alza, no sería extraño encontrar nuevas fórmulas, como podrían ser otros productos audiovisuales con versiones alternativas más cortas. No hay que olvidar que muchos deportes tienen casi el mismo número de espectadores con los highlights que con el evento en sí. Es decir, resúmenes ampliados de un partido de fútbol, por ejemplo, con las acciones más destacadas, sin ser una crónica y sin necesidad de estar 90 minutos pendiente del encuentro. Además, tampoco debemos obviar que nuestra capacidad de atención cada vez es menor debido a la cantidad de inputs que tenemos alrededor, por lo que versiones reducidas o más rápidas pueden ser soluciones para mantener al público enganchado y, al mismo tiempo, permitir disfrutar de más, con menos tiempo

 

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