21 de mayo de 2021

#010 historia de la semana: ‘Nita’, la verdadera pasión por el fútbol

1920, una época y una sociedad con grandes desigualdades en cuestiones de género y un deporte que cada vez tiene más adeptos como es el fútbol, un deporte considerado solo de hombres. Pues pese a este escenario, con todo en contra, no fue suficiente para evitar que Anita Carmona Ruíz pudiera dedicarse a lo que quería hacer, que no era otra cosa que jugar al deporte que amaba. Si ellos podían, ella también. Y así lo hizo.

Anita Carmona Ruíz (1908) se enamoró del fútbol viendo a los marinos ingleses practicándolo en las explanadas del puerto de Málaga. A escondidas de sus padres y para poder estar cerca de la pelota, comenzó a jugar desde muy pequeña en el puerto. Sin embargo, sus padres, preocupados y observando su creciente interés por un deporte para hombres, la enviaron a Vélez, con sus tíos, con el objetivo de que abandonara esta afición.

Una vez allí, su idea no cambió y para introducirse en el mundo del fútbol, consiguió hacerse un hueco como ayudante del masajista del Sporting de Málaga y como encargada de lavar las equipaciones, con la inestimable colaboración de su abuela. Una vez dentro, urdió un plan para poder jugar con el resto de componentes del equipo: disfrazarse de hombre. Se arreglaba la equipación para que fuera holgada y disimular su anatomía, además de vendarse el pecho, jugar con pantalones algo más largos y ocultarse el pelo con un gorro o una boina. Con estas triquiñuelas consiguió pasar desapercibida.

Pero no todo fue fácil. Únicamente por querer participar en un deporte considerado para hombres, se arriesgaba a ser arrestada y a diferentes sanciones. Algunos jugadores rivales se dieron cuenta de que era mujer, e incluso llegaron a denunciar y a delatarla para que no pudiera jugar. La realidad es que llegó a ser arrestada en alguna ocasión y se vio forzada a no poder jugar en muchas ocasiones, pese a que volvía a calzarse las botas siempre que podía.

‘Veleta’, su apodo en el vestuario

Sus compañeros de equipo la llamaban ‘Veleta’ por la facilidad que tenía Anita Carmona de cambiar de actitud, comportándose como mujer fuera del terreno de juego y como hombre dentro de él. Sus compañeros de equipo la acabaron aceptando y protegiendo, pues ellos mismos reconocían que jugaba bien y les ayudaba. Durante mucho tiempo y como un pacto entre caballeros, ocultaron el secreto de quién era Veleta, hasta que el periodista Jesús Hurtado acabó averiguando la verdad mientras escribía el libro 75 años de fútbol en Vélez. Con este descubrimiento, Hurtado quiso rescatar la historia de la que para muchos fue la primera futbolista española.

Desafortunadamente, Anita Carmona Ruíz murió joven, a los 32 años de edad, a causa de una enfermedad. Incluso en sus últimos momentos tuvo tiempo para el deporte y el equipo de sus amores, pues pidió ser enterrada con la camiseta del Sporting de Málaga, equipo donde pudo cumplir su sueño.

El fútbol femenino ha sido noticia estos días por la consecución del F.C.Barcelona de la Champions League. Un deporte que va creciendo, pese a que todavía hay mucho camino que recorrer. No ha sido fácil llegar hasta aquí y que se empiece a tener reconocimiento para las futbolistas. Y hablamos de un deporte que era impensable para las mujeres en 1920, cuando Anita Carmona Ruíz no se resignó a su suerte quedándose sin jugar. Se las ingenió para poder disfrutar de este deporte y, con su historia, servir de motivación para demostrar que pese a muchas barreras que haya, siempre hay forma de superarlas. Aunque cueste.

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